domingo, 8 de julio de 2012

¿Y si no cumple?




Primer debate presidencial, tensión a fondo y altas expectativas. Hay reproches, ataques, imputaciones y lastimosamente en su minoría, propuestas. Independientemente de lo poco o mucho prometido, nunca se dice que se puede hacer en caso de incumplimiento, a continuación mi editorial sobre el tema.



¿Y si no cumple?

NTRzacatecas.com
René Fernando Lara Cervantes
Martes 8 de mayo de 2012
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El pasado domingo, los candidatos presidenciales debatieron por primera vez frente a frente, en el evento organizado por el IFE. El portal electrónico de Televisa Noticias describe cómo Andrés Manuel y Josefina descargaron la artillería contra la humanidad de Peña, quien prefirió no contestar el fuego enemigo, mientras Quadri aprovechó el espacio para difundir sus ideas, grosso modo, el debate transcurrió con cierta tranquilidad.

La descripción de los diversos proyectos de nación de los candidatos incluye solamente compromisos, promesas y escasas estrategias, de las que ellos y sus gabinetes son la opción ideal para salir del pozo sin fondo adonde México va en caída libre, sin incluir en sus proyectos algún recurso que otorgue a los ciudadanos poder para sancionarlos si no cumplen o si el contexto nacional empeora aún más. Ahí reside la fuerza de los presidenciables, porque llegue quien llegue a Los Pinos calentará la silla presidencial por seis largos años mientras el destino de los mexicanos hoy se mira completamente incierto. Como consecuencias de no incluir opciones para sancionar, son ejemplo casos como el del municipio de Cherán, ubicado en Michoacán, donde la falta de institucionalidad se volvió completamente intolerable.

En Cherán, hace poco más de un año, se creó un gobierno comunal, integrado por un concejo de 12 personas, avalado por el IFE. El 15 de abril de 2011 decidió bloquear accesos al municipio y expulsar al edil, policías y partidos políticos por no resolver la constante inseguridad que acosaba a sus pobladores, según El Economista. Los comuneros superaron su miedo para organizarse y enfrentar la depredación de sus bosques, y el frenesí causado por los secuestros y extorsiones que los orillaron a tomar las riendas de la administración municipal, en una ardua labor por consolidar el trabajo interno y fortalecer un sistema de autodefensa para enfrentar a los talamontes y al crimen organizado.

Según datos de La Vanguardia, son 20 mil pobladores los que defienden 20 mil hectáreas de bosques y buscan controlar el destino de su pueblo. “Nada hicieron los gobiernos entonces y nada hacen ahora”, acusaron comuneros que de ese modo buscan consolidar la organización interna; lo único que obtuvieron de los partidos políticos fueron promesas incumplidas y división, ningún apoyo para la autodefensa comunitaria, ya que antepusieron sus intereses. En Michoacán, antes poseedor de paisajes equiparables a los que crean los grandes bosques canadienses, desde hace décadas es un paraíso para los talamontes que explotan ilegalmente la riqueza de esas tierras y ya no causa sorpresa la determinación de estas pequeñas comunidades abandonadas para proteger sus recursos. Mexicanos como ellos, ¿cuánto tiempo más demoraremos en superar el miedo para defender el petróleo y la riqueza minera de nuestro subsuelo?

Entendamos de una vez que a las autoridades federales y estatales no les importa el asesinato de activistas y defensores de nuestra riqueza nacional, tampoco muestran el más mínimo interés por impedir la explotación irracional e ilegal por parte de talamontes, mineras y petroleras; hechos que a veces llevan implícita hasta la participación de la delincuencia organizada, según circunstancias particulares.

La lucha no es sencilla, recientemente fueron emboscados 20 comuneros, el pasado 18 de abril ellos trabajaban en el cuidado de un cerro aledaño a Cherán, siendo asesinados dos de ellos y heridos de gravedad otro par. La defensa del patrimonio nacional tiene su costo, y más en esta zona con conflictos sociales muy complejos, según un blog de El Universal, el gobierno del crimen organizado en Tierra Caliente, la represión estudiantil y los atentados perpetrados en Morelia, capital michoacana, son ejemplos. Y a pesar de los todos los contras, Cherán muestra con éxito que se puede luchar por recuperar la esperanza a pesar de las amenazas y el terror. Han logrado organizarse mejor como pueblo y su ejemplo comienza a ejercer influencia sobre otras comunidades que buscan desesperadamente soluciones propias para superar la crisis de institucionalidad y así poder vivir libres de temor, con certeza de que se hará justicia ante los agravios y se desechará la necesidad de recurrir a hacer justicia por propia mano.

El radicalismo de los comuneros de Cherán, cuestionable totalmente bajo un esquema de instituciones funcionales, sólo responde a la urgencia de generar un balance de poder entre la ficticia democracia y los ciudadanos. Tan poca es la fe en los partidos políticos que esa pequeña comunidad tiene como objetivo evitar la entrada de éstos porque “sólo reparten los puestos, los recursos”, cita La Vanguardia.

Vaya complejidad, querido lector. Hoy Cherán ejemplifica las consecuencias de la absoluta desconexión entre la ciudadanía y la clase política. Mientras tanto, conscientes o no, los presidenciables se dan hasta con la cubeta, ya sea a través de espots, propaganda o debates estériles como el del pasado domingo, donde jamás mencionaron los recursos que podamos utilizar los ciudadanos de no cumplir los objetivos planteados.

De no ofrecer rápidamente alternativas para castigar adecuadamente, quizá aumente el número de casos como el de Cherán, de los cuales ni siquiera una edecán de sinuosas curvas logre que se quite la vista y el pensamiento de los asuntos realmente importantes, como ocurrió al inicio del debate. Hasta el próximo martes.

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