miércoles, 26 de octubre de 2011

De los campos de exterminio nazi a las narcofosas mexicanas


La violencia recurrente en México, el pan de cada día de los medios de comunicación, ¿Tendrá algo de parecido con la violencia acaecida en la Segunda Guerra Mundial? En esta colaboración, extrapolé algunos elementos de aquel suceso histórico, y los comparé con las cosas diario de nuestra nación.



De los campos de exterminio nazi a las narcofosas mexicanas

NTRzacatecas.com
René Fernando Lara Cervantes
Martes 26 de julio de 2011



A Felipe y Rosa, que construyen un futuro próspero y feliz.
La Real Academia de la Lengua Española define holocausto como: La gran matanza de seres humanos. Concepto trascendental, utilizado al culminar la Segunda Guerra Mundial, para describir los horrores vividos por millones de personas que fueron explotadas más allá de los límites humanos y gaseadas o fusiladas. Tal exterminio, se arraigó con fuerza en los anales de la historia mundial. Estadísticas revelan que aproximadamente fueron exterminadas 12 millones de personas en los campos de concentración nazi. Cerca de 6 millones eran judíos. A casi 66 años de terminada la guerra, los países en conflicto parecen haber aprendido de sus errores, y hoy por hoy, a pesar de la crisis que se cierne sobre la Unión Europea han alcanzado grandes logros en materia económica, ambiental, política y social. En cambio, en nuestro México actual, nos encontramos sumidos en un abismo de corrupción, pobreza, marginación e inseguridad, tenemos un contexto en donde millones de personas no viven, sobreviven; donde el crimen organizado (mafias y criminales de cuello blanco) mueven los hilos a su propia conveniencia, donde el plomo manda y las instituciones parecen o son inexistentes. Estimado lector, para este artículo me enfocaré en la crisis de seguridad que azota a nuestro país y, sobre todo, las vivencias de gente marginada que trata con ahínco de cruzar la frontera norte con el fin de alcanzar el sueño americano. En alguna ocasión, se ha preguntado usted, ¿cuáles son las diferencias en la suerte de los migrantes que viajan con la esperanza de un mejor futuro a nuestro país vecino y lo que sufrían aquellas personas víctimas de la ideología del Partido Nacional Socialista?
En aquellos años de conflicto y hasta la fecha, el tren en Europa ha sido fundamental en el transporte de mercancías y personas. Durante la Segunda Guerra Mundial, este vital medio de transporte fue utilizado con fines en extremo siniestros, miles de personas eran cargadas en los vagones con destino a instalaciones que cumplían diversos objetivos, entre ellas se encontraban las famosas fábricas de muerte, los campos de exterminio donde la gente trasladada era abatida a tiros o a través de armas químicas; para luego ser incinerados y así borrar el rastro. En el contexto mexicano, empujados por la paupérrima economía y el deseo de una vida mejor, los migrantes indocumentados, mexicanos o centroamericanos, incursionan en una campaña de extrema peligrosidad, estos últimos, en su esfuerzo por llegar y cruzar la frontera con Estados Unidos, abordan el famoso tren, conocido como La Bestia, reputación, nada buena, ganada a raíz de los numerosos migrantes secuestrados, desaparecidos, ejecutados y/o reclutados por el crimen organizado. El destino o la suerte de estos migrantes no difiere mucho del tráfico humano realizado en aquellos días, si los hombres, mujeres y niños, tienen alguna utilidad, serán utilizados, explotados en extremo y en el peor de los casos, exterminados. En la época de la Alemania nazi, se realizaba una selección, según sus condiciones y características, los prisioneros eran usados como mano de obra con un costo casi nulo o como ratas de laboratorio en experimentos médicos y, por último, eran abatidos en los campos de exterminio distribuidos a lo largo del continente europeo. ¿Acaso hay alguna diferencia radical entre el tráfico de personas con fines de explotación sexual, tráfico de órganos y por qué no, mano de obra barata? Recientemente México ha estado en las marquesinas de la prensa internacional por el hallazgo de múltiples narcofosas, en donde se han encontrado cientos de cadáveres de personas, supuestamente ultimadas por el crimen organizado, ¿cuál es la distinción entre los campos de exterminio nazi con estas fosas clandestinas, de las cuales, con cierta seguridad, aún hay muchas sin descubrir? ¿Qué cambio hay en la desaparición de evidencias de los métodos usados en los campos de concentración, en comparación a los usados por El Pozolero, por ejemplo?
El panorama mexicano, sin duda, es crudo y desolador, y no parece existir una diferencia radical respecto a lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de estar a kilómetros de distancia de lo ocurrido en Europa; experimentamos lo vivido a escala internacional a un nivel mayoritariamente local. El presidente Calderón sigue al “pie del cañón” en la lucha contra el crimen organizado, sin importarle los daños colaterales ocasionados en su larga búsqueda de legitimidad. Las estadísticas rondan los 50 mil muertos aproximadamente y la pregunta es: ¿Cuántos más señor presidente? Y algo más importante, ciudadanos, ¿cuánto más tenemos que hundirnos para aprender de una vez por todas de nuestra historia? Es muy probable, que el presidente Calderón considere un as en la manga, la facilidad que tenemos para olvidar e ignorar. Europa nos lleva al menos 66 años de ventaja desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuántos más se acumularán?

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