miércoles, 26 de octubre de 2011

Un mismo país, realidades diferentes


En cuestión de empleo, dinero y el desarrollo en general; los políticos dicen una cosa pero es muy probable, que en las calles veamos una realidad totalmente diferente ¿quién tiene la razón? Aquí les dejo un ejemplo, analizado lo mejor posible.



Un mismo país, realidades diferentes

NTRzacatecas.com
René Fernando Lara Cervantes
Martes 19 de julio de 2011


En la clausura del Congreso de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (Caaarem), el titular de la Secretaría de Economía (SE), Bruno Ferrari, reveló algunos datos sobre la economía mexicana. Según el diario, El Financiero, el secretario afirmó que se ha logrado estabilizar la economía, tras la reciente crisis financiera internacional y sostuvo que México sigue siendo atractivo para las inversiones, ya que en el primer trimestre de 2011, la inversión extranjera directa fue de mil 787 millones de dólares, 10.5 por ciento más que en el mismo periodo de 2010 y al cierre de este año, él espera que el monto supere al total del año pasado. Además, al terminar su informe sobre este pincelado favorable panorama, Ferrari afirmó que se han creado 14 millones 994 mil 119 empleos formales. Aparentemente, de acuerdo a lo dicho por el secretario las cosas van viento en popa para la economía mexicana, navegamos con seguridad ante la turbulencia ocasionada por la incipiente crisis de la Unión Europea y la posible debacle de la economía norteamericana, a raíz de la pérdida de prestigio en las calificaciones realizadas por Standard & Poor’s. Sin embargo, ¿cuál es la realidad que ve y vive la gran cantidad de hogares mexicanos, cuyos integrantes día con día laboran arduamente y en muchas ocasiones sólo ganan el salario mínimo?
En diversos medios impresos a lo largo de la república, una de las noticias más llamativas es la caída del ingreso de los hogares. Son comunes, encabezados como: Disminuyen ingresos de los hogares en México, (El Financiero). Ingreso de las familias cayó 12.3% del 2008-2010, (El Economista). O bien, Nadie se salvó de la caída de su ingreso, entre 2008 y 2010: Inegi. (La Jornada, Nacional). Ese instituto, el Inegi, realiza, con cierta periodicidad, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) al fin de observar el patrón de los ingresos, respecto a sus variaciones y, a su vez, estudia la composición del gasto realizado en diversas áreas como son: educación, salud, alimentos, ocio, entre otros. Para ello, la ENIGH divide a la población en deciles, éstos son 10 categorías donde se clasifica a los hogares según su nivel de ingreso, siendo el primer decil donde se concentran los hogares de menor ingreso y el último donde se encuentran los de mayores ingresos. En 2010, este reporte mostró que el ingreso promedio de los hogares en México fue de 34 mil 939 pesos, representando una reducción de 12.3 por ciento, respecto a 2008, curioso, los del último decil, donde se encuentran ubicados los hogares más ricos, fueron los más afectados, al percibir 17.8 por ciento menos de sus ingresos, respecto a 2008. Mientras, los el primer decil de la población, donde se encuentran los hogares más humildes, que trimestralmente ganaban en promedio 6 mil 163 pesos, tuvo una caída de 7.6 por ciento en sus ingresos. La caída en los ingresos generó un efecto multiplicador, ya que el gasto trimestral promedio de los hogares cayó de 31 mil 809 a 30 mil 596 pesos, al disminuir 3.8 por ciento. Respecto a la composición del gasto, en promedio, ésta queda de la siguiente manera: alimentos, bebidas y tabaco con 33.4 por ciento, transporte y comunicación 17.2 y educación y esparcimiento con 13.6 por ciento. Sin embargo, hay un foco rojo en la composición del gasto de los hogares más pobres, ya que estos destinan 49.9 por ciento, es decir casi la mitad del ingreso, a alimentos, bebidas y tabaco; mientras los hogares de mayores recursos, sólo 22.9 por ciento. En lo que concierne a la distribución del ingreso, sigue la inequidad, 30 por ciento de los hogares concentra 62.2 por ciento del ingreso mientras que el 70 restante capta 37.8 por ciento. Esto ayuda a entender por qué pasamos de tener 44.7 millones de pobres a 50.6 millones. Mientras que, paradójicamente, Carlos Slim en ese mismo periodo amasó una fortuna de 74 mil millones de dólares.
Los datos presentados son alarmantes, y a este detrimento generalizado de toda la población y sobre todo, de los hogares de menos ingresos, cabe agregar el incremento en la dificultad de la satisfacción de necesidades básicas como lo es la alimentación. De acuerdo con el diario La Prensa, la población económicamente activa recibe menos de tres salarios mínimos al día (alrededor de 180 pesos diarios) mientras que el costo de la canasta básica es de por lo menos 5 salarios mínimos, cerca de 300 pesos. Por supuesto, la precariedad y escasez de empleo estable y con prestaciones, agrega más presión a esta situación, agudizada desde hace 11 años, coincide con llegada del PAN a la Presidencia. Obvio, las declaraciones del secretario Ferrari, chocan con los resultados proporcionados por la ENIGH. En mi humilde opinión, el titular de la SE mira hacia un espejismo, su declaratoria de que la percepción de los mexicanos esté muy alejada de la realidad, con los datos anteriores es perfectamente cuestionable: “ya baste de tener esa vocación de pensar que las cosas están mal, cuando en realidad deberías ver que están bien”, afirma. Ferrari está muy orgulloso de la entrada de IED a nuestro país y de la estabilidad económica, pero es interesante preguntarle, en pro de quién o de quiénes va a operar tan hermoso panorama, en el cual, la mayoría de los hogares mexicanos parece estar excluida.

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