lunes, 24 de octubre de 2011

Desarollo y especulación como agua y aceite



El martes 25 de octubre ya se cumplirán 31 semanas desde que incursioné en el mundo del periodismo, cada semana, agregaré la colaboración que con mucho gusto preparo para el diario NTR del estado de Zacatecas. Aquí les dejo la primera colaboración que escribí, dejó el texto y la liga que los lleva directo al artículo por su gustan recomendarlo o dejar un comentario.

Desarrollo y especulación, como agua y aceite

NTRzacatecas.com
René Fernando Lara Cervantes
Martes 29 de marzo de 2011
Si bien México se ha caracterizado por seguir al pie de la letra las imposiciones del modelo neoliberal a costa de sacrificar los niveles de bienestar de la población y de enriquecer más a los más ricos, queda reflexionar el por qué de esta conducta autodestructiva.

Tomemos el caso del petróleo, que durante décadas ha sido el motor del crecimiento por excelencia. De acuerdo con una referencia del diario La Jornada (nacional): “el valor de la actividad económica del sector energético representa casi uno de cada 10 pesos del producto interno bruto de nuestro país”, lo que brinda una idea de la importancia de este recurso en la economía y el desarrollo nacionales.

La cuestión ahora es establecer la conveniencia de dejar el desarrollo a un recurso cuya principal característica es la volatilidad y qué mejor ejemplo que lo ocurrido en Japón y en el mundo árabe para hacer expresa la variabilidad de los precios internacionales del petróleo. Si bien la paraestatal Pemex en el año 2010 reportó ser la petrolera con los menores costos de producción (4.85 dólares por barril) y la que mayor utilidades reportó antes de impuestos con 49 mil 323 millones de dólares, unos 606 mil 678 millones de pesos, sin embargo ésta es víctima de la fuerte carga fiscal impuesta por la Secretaría de Hacienda y de malos manejos por parte de las autoridades.

Un estudio realizado por la Cámara de Diputados concluye que las mezclas de petróleo mexicanas son vendidas por debajo del precio fijado por el Legislativo a firmas como Shell, con un costo de 51 mil millones de dólares en tres años de gobierno de Felipe Calderón. El mal manejo histórico de la paraestatal para cubrir los intereses individuales y no los de la sociedad mexicana no tiene límites; citando a John Saxe-Fernández: “esto huele a pescado podrido; alguien está haciendo un buen negocio a costa del patrimonio nacional” y así lo confirma la Auditoría Superior de la Federación cuando en 2009 una filial de la paraestatal se comprometió a pagar siete de cada 10 dólares de facturación por ventas al exterior de petróleo para contratar una deuda en moneda extranjera hasta 2018 y ofreciendo una garantía de 190 veces la deuda de Pidiregas, no quedan dudas de que un reducido grupo de individuos se está enriqueciendo a costa del patrimonio nacional.

El panorama no luce optimista, nuestro principal eje de desarrollo depende de factores macroeconómicos sobre los cuales México tiene poco o ningún control, la ambición y codicia de los individuos que buscan las rentas ofrecidas por el patrimonio nacional agudiza aún más las situación y más claro no puede quedar que el problema es similar al de la contaminación generada por mezclar agua y aceite (un poco de aceite puede contaminar litros y litros de agua); no podemos dejar que las variables macroeconómicas que son en su mayoría especulativas y los intereses personales se mezclen con los objetivos para definir nuestro modelo de desarrollo.

He de aclarar que no tengo nada contra el uso del petróleo para alcanzar las metas de desarrollo nacional, sin embargo su uso debería ser complementario a otras fuentes de recursos para la construcción de un modelo de desarrollo armónico e inclusivo, donde todos los mexicanos seamos capaces de percibir y recibir sus beneficios.

http://ntrzacatecas.com/editoriales/opinion/2011/03/29/desarrollo-y-especulacion-como-agua-y-aceite/

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