miércoles, 26 de octubre de 2011

Encrucijada: ¿Sí o no al eurobono?



Ante la crisis, la propuesta de un eurobono sale al debate, ¿cuáles son las ventajas y desventajas de usarlo? A continuación, mi análisis.


Encrucijada: ¿sí o no al eurobono?

NTRzacatecas.com
René Fernando Lara Cervantes
Martes 23 de agosto de 2011

La situación económica de la Unión Europea (UE) se enreda cada vez más, a un ritmo vertiginoso. Las reuniones entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés; Nicolas Sarkozy, no han cubierto las expectativas de los inversionistas, de los gobiernos ni del sector financiero europeo.
Entre los temas discutidos para enderezar el rumbo de la economía de la UE y evitar su zozobra se encuentran: las restricciones presupuestales, se argumenta como necesario “apretar el cinturón” para liberar recursos y destinarlos al pago de la deuda; comprar deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE), e iniciar la emisión de eurobonos, al fin de generar estabilidad en los mercados financieros.
De estos tres aspectos, el más discutido durante esta semana fue el de los eurobonos, que generó un airado debate entre autoridades, prestamistas y deudores, al poner en el fuego cruzado a los dos pilares del sector financiero europeo (Francia y Alemania) y desembocó en la siguiente cuestión: ¿Qué tan viable y qué tan eficiente sería emitir un Euro Bono para el combate de la crisis financiera?
Iniciemos con un breve análisis de las estrategias a emplearse para el abatimiento de los efectos de la crisis. Concerniente al rescate emprendido por el BCE, que ha iniciado un rescate por etapas de los países en problemas mediante la compra de deuda. Según el diario El Paísesta institución financiera ha adquirido ya 110 mil millones de euros en deuda de la eurozona, de países como Grecia, Irlanda, España y Portugal, complementando la estrategia con medidas de control de la inflación.
Respecto a los recortes presupuestarios, poco se ha dicho hasta ahora en la prensa europea y no hay modo de aseverar en qué áreas se darán los recortes más importantes, asunto de igual relevancia son las otras formas de mitigar los efectos de la situación financiera en curso.
Por otro lado, el tema del eurobono, ha acaparado marquesinas y titulares de los diarios europeos ante el rechazo de los mismos sobre todo el de la canciller Merkel, quien asevera que la emisión de un bono europeo no es la salida de ese atolladero económico que cimbra a la UE.
En sus palabras: Los eurobonos no son la solución, serían el camino equivocado. Justifica su argumento, en que la emisión de dichos bonos, sólo unificaría la deuda, en el sentido de que, si el BCE decide emitir bonos comunitarios (eurobonos), éstos estarán bajo el control del máximo regulador financiero de la UE, restando autonomía al control de deuda por parte de los gobiernos soberanos, miembros de esa comunidad.
Además, el efecto unificador pasaría sus costos a los países que poco tuvieron que ver en desatar esa pandemia. Ahora, póngase usted, por un momento, en los zapatos de la canciller, quien ahora, más que nunca, tiene el compromiso de defender los intereses de su país: ¿Estaría dispuesto a asumir un costo adicional, estimado entre 20 mil y 25 mil millones de euros a diez años, por el pago de una deuda de la cual –aparentemente– poco le corresponde?
A su vez, el presidente Sarkozy considera que el eurobono debe ser utilizado, no como una condición para la integración de una comunidad económica europea, sino como una herramienta aplicable para la distribución del riesgo financiero, al estandarizar, en la medida de lo posible, los regímenes fiscales y monetarios, así como el crecimiento del producto interno bruto, posterior a un nivel mayor de integración. Sarkozy, dijo: Los eurobonos pueden imaginarse algún día, pero al final del proceso de una integración europea, no al principio. Los puntos de ambos cabezas de gobierno son muy válidos y simplemente buscan evitar, lo que en economía del sector público se conoce como el free rider, el gorrón, en vernáculo. En este intrincado escenario, la parte alemana tiene, parcialmente, sus razones para actuar como lo hace, y digo, parcialmente, porque según el diario New York Times, Alemania prestó casi 1.5 trillones de dólares a Grecia, España, Portugal, Irlanda e Italia, siendo los bancos alemanes acreedores del 30 por ciento de los préstamos realizados a los sectores públicos y privados de esos países.
De acuerdo con el diario New York times, desde hace 10 años Alemania hizo recortes salariales, reformas estructurales, e incluso aceptó la pena de cargar con 5 millones de desempleados con el fin de modernizar sus industrias, a diferencia de España, Irlanda y Portugal, que desde un inicio apostaron por la especulación, mediante una baja tasa de interés. Los resultados cosechados por la estrategia alemana fueron un excedente del 80 por ciento en las exportaciones alemanas hacia China y una de las bancas más sólidas del mundo.
Además de simultáneamente coadyuvar a la integración de 16 millones de personas de la ex Alemania del Este, que presentaba un menor nivel de desarrollo a lo que era Alemania Occidental, con ese proyecto de desarrollo económico.
A partir de la información anterior, se puede “justificar” el actuar de las autoridades alemanas en el manejo de la crisis, parece acertado, que los eurobonos no son la solución al problema y menos funcionarán en el corto plazo, sin embargo, hay que destacar dos puntos muy importantes: Primero, el recorte presupuestal debería ser reconsiderado, de ser posible debería aumentarse el gasto con un control minucioso de la inflación para reactivar el consumo y a la economía en su conjunto.
Segundo, Alemania debería asumir parte de su culpa por los préstamos que realizó a los países que ahora se encuentran en situación crítica, quizá debió evaluar mejor el riesgo de sus deudores. Pero el hubiera no existe, y hoy, en conjunto con las otras 17 economías que usan el euro como moneda, se deberá pensar en un mecanismo, que cobre a los que debe cobrar y deje en paz a los que ni la deben ni la temen.

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